
Casas en la playa: diseñadas para disfrutar, construidas para durar
La creciente demanda de casas en la playa no es casual. Hoy más que nunca, buscamos lugares donde reconectar con la naturaleza, reducir el estrés y disfrutar del tiempo en familia. Y pocos escenarios ofrecen tanto como una vivienda frente al mar. Pero, ¿qué se debe tener en cuenta al proyectar y construir en este entorno?
El terreno y el clima: aliados del diseño
Diseñar casas en la playa implica adaptarse al entorno. La disposición de la parcela, la orientación solar y el aprovechamiento de las vistas son claves para una buena arquitectura. En la costa mediterránea, la cercanía del mar suaviza las temperaturas extremas, lo que permite potenciar al máximo la vida exterior durante todo el año. Las viviendas bien orientadas captan el sol en invierno y se protegen del calor estival mediante aleros, porches y elementos móviles como lamas y textiles enrollables.
En Ascoz Arquitectura trabajamos para que, independientemente de si se trata de una residencia permanente o vacacional, vivir en una de nuestras casas se sienta como estar de vacaciones: desayunar con el sol entrando por la ventana, dormir con la brisa del mar e, incluso, ducharse al aire libre sin renunciar al confort.
Esta relación directa con el paisaje convierte el transcurso del día en un espectáculo cotidiano que marca el ritmo de vida y define la atmósfera del hogar.
Diseño condicionado por el entorno natural
En un proyecto junto al mar, todo parte del contexto: la topografía, la orientación y los vientos dominantes. Las decisiones de diseño están profundamente condicionadas por el paisaje y por la posibilidad —o no— de abrir la vivienda al horizonte. Cuando existen vistas, estas se convierten en protagonistas del proyecto. Si no las hay, se trabaja a través de recorridos, aperturas y la gestión cuidadosa de la luz.

Materiales resistentes, belleza duradera
Las casas en la playa deben resistir la acción del salitre, la humedad y el viento. Por ello, optamos por soluciones constructivas que garantizan durabilidad sin renunciar a la estética. Usamos hormigón de alta resistencia, acero inoxidable 316 y materiales cerámicos y pétreos. Las maderas tropicales con certificado FSC o las maderas termotratadas son nuestras aliadas para tarimas, celosías y pasarelas: superan el paso del tiempo con dignidad y aportan calidez al conjunto.

Sombra, ventilación y distribución inteligente
El confort climático se logra también mediante una distribución cuidadosa de las estancias: zonas de día al sur, dormitorios al este y bibliotecas y despachos al norte. El uso de ventiladores de techo, telas que tamizan el aire y mosquiteras textiles permite disfrutar del frescor marino y reducir la necesidad de climatización artificial. Al aprovechar las brisas marinas para refrescar los espacios, la arquitectura se adapta al clima, no necesita combatirlo.
Un estilo de vida, no solo una vivienda
En nuestras viviendas, como en Casa Albornés, Casa mirando al mar, Casa Colin y Casa Al Sur en Cullera, se fomenta un modo de vida que abraza la naturaleza: zonas exteriores, materiales nobles y distribuciones que respetan el ritmo del día y las estaciones.
Además, la neuroarquitectura respalda lo que ya intuimos: ver el mar reduce el estrés, mejora el descanso y ayuda a bajar la presión arterial. Si a esto se suma la presencia de vegetación, el efecto es aún mayor.
De ahí, que sea esencial buscar un equilibrio entre contemplación y protección, entre la belleza del entorno y los desafíos técnicos que este plantea. Un ejercicio de arquitectura sensible, donde cada decisión está al servicio del paisaje y del bienestar. En Ascoz Arquitectura entendemos que diseñar casas en la playa es, en realidad, diseñar una forma de vivir mejor.
