Gracias al uso de materiales naturales, facilitamos la integración del pabellón en el jardín, al que aporta ligereza y zonas de sombra.
En el caso de la piscina, optamos por un diseño en forma de L, que libera gran parte del jardín para que pueda seguir usándose como zona de juegos para los niños.
La recta más alargada, de 15 metros de largo, favorece la natación mientras que la más estrecha, de más de seis metros, favorece el descanso. En su configuración, hemos combinado una tarima de madera con un perímetro de piedra, en línea con nuestra apuesta por los materiales naturales.
El diseño de la piscina también ha respetado el gran árbol del jardín, que queda junto a la zona de agua. La piscina está orientada a las vistas para generar una experiencia lo más agradable posible.