La Casa Mirando al Mar Soñé se integra respetuosamente en la ladera al conservar el arbolado original de pino mediterráneo. Asimismo, se han aprovechado los vientos dominantes, el agua y la tierra como aislamiento térmico y acústico. Esto, junto al uso de la energía geotérmica para calefacción y refrigeración, contribuye a reducir el impacto de la vivienda sobre el medio ambiente.

La planta baja es un espacio diáfano de gran altura cubierto mediante nervios de hormigón, y abierto al cielo a través de una pérgola de tablas de madera. Se destina a garaje. El resto de plantas de la vivienda se basan en la composición de ‘caja dentro de caja’: una de hormigón exterior que genera la estructura y la protege y otra interior de madera que acoge los servicios habitables, los espacios de almacenamiento, las instalaciones y cuartos de baño.
Asimismo, toda la construcción es de hormigón visto por dentro y por fuera. E incluir todos los mecanismos de electricidad y cañerías en una estructura de estas características no es nada sencillo. De hecho, cada elemento está diseñado a medida. Las zonas de agua, baños y piscina, han sido revestidas con mármol “macael”, mármol blanco local.

Las tres plantas se relacionan espacialmente a través de la escalera, que las recorre de forma continuada y tangencial. Un ascensor conecta toda la estructura, desde el garaje inferior hasta la planta más alta, que acoge el salón comedor y que favorece unas vistas privilegiadas del mar Mediterráneo desde Casa Mirando al Mar Soñé, una vivienda unifamiliar en la que se han cuidado todos los detalles.

En las dos plantas inmediatamente inferiores se ubicaron cuatro dormitorios y dos baños, a razón de dos habitaciones y un baño por planta. Cada nivel cuenta, asimismo, con un gran armario compartido, logrando que el pasillo haga las veces de vestidor.

En un espacio como éste, la única parcela de la que dispusimos fue la que creamos con los volúmenes de la estructura. De esa manera, tanto la piscina como el jardín y la terraza descansan sobre el espacio dedicado a los dormitorios.

La piscina es el “alma” de la casa, el elemento fundamental para la composición del jardín y el aislamiento adecuado para las áreas de descanso que se sitúan bajo ella.
Se compone de una lámina de agua de 22 metros de longitud y una zona verde, sobre la que se sitúan tres palmeras. También se han replantado las especies propias del lugar para hacer de Casa Mirando Al Mar Soñé una vivienda unifamiliar integrada en su entorno.

En la residencia, galardonada con una mención en los Premios del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana 2012, la cocina se ha equipado con armarios a medida deslizantes y combina la madera con el acero inoxidable. El parqué, que dota de continuidad a la zona de estar, incluida la cocina, es de roble americano.