Una planta baja llena de vida, que favoreciese la convivencia, en conexión con el jardín y la piscina era la premisa de esta familia que confió en Ascoz para diseñar y edificar esta casa, situada en una parcela con muy buenas vistas desde la cima de una suave colina. 

El uso de la piedra era otro de los deseos de la familia, por su estilo y presencia. El resultado: Casa R es una vivienda unifamiliar con más de 400 metros cuadrados de muros de piedra que aportan el carácter y conforman la silueta de la vivienda. 

La piedra y los dos muros paralelos de piedra de grandes dimensiones enmarcan el acceso a la vivienda y le sirven de soporte, hacia el sur. 

De ellos nace el resto de los elementos de la casa. Separa el interior y el exterior como elemento clave entre la piscina y el porche; ancla elementos como armarios, cocinas o escaleras y dota de un carácter propio a la vivienda, tanto desde el exterior como en el interior.

Este diseño entronca con la naturaleza y con la esencia de la arquitectura: muros que nos protegen y a partir de los cuales se halla la belleza de la construcción de Casa R, una vivienda unifamiliar a la medida de sus propietarios.

Respetando esa idea, se buscó la distribución más confortable y práctica posible, dando gran protagonismo a la planta baja donde la familia convive actualmente. En ella encontramos el salón-comedor, la cocina, la habitación infantil y la habitación principal mientras que, en la zona superior, se han ubicado tres dormitorios adicionales, que permitirán a las hijas disponer de un espacio independiente y de mayor independencia, si así lo desean, con el paso del tiempo.