Las ventajas del hormigón prefabricado en la construcción
Desde nuestros comienzos, hace alrededor de 25 años, en Ascoz arquitectura nos han interesado los métodos de producción industrializada con el fin de optimizar los recursos y elevar el nivel de calidad. Pero no fue hasta hace 10 años que incorporamos el hormigón prefabricado autoportante a nuestras viviendas. Desde entonces hemos disfrutado de este sistema, explorando sus límites mecánicos y estéticos.
A grandes rasgos, el sistema consiste en la fabricación industrial de elementos tridimensionales de hormigón armado que, mediante juntas mecánicas de diversos tipos, se pueden ensamblar posteriormente en obra. Así, tras el proceso de ensamblado, similar a las construcciones de Lego, estas piezas conforman la estructura y la fachada del edificio.
Los motivos por los que nos encanta trabajar con elementos de hormigón prefabricado son:
Ahorro de tiempo de construcción
El ahorro de tiempo respecto a una vivienda con estructura de hormigón realizada “in situ” puede ser superior a los seis meses. Esto es así porque se evitan el sistema de encofrado y el tiempo de espera requerido para que el hormigón alcance su resistencia.
Reducción de riesgos durante la construcción
Este sistema agiliza los plazos y reduce muy significativamente el uso de medios auxiliares como andamios y puntales, entre otros. Eso se traduce en un menor riesgos de accidentes durante las obras.
Al ser el hormigón fresco un líquido que se adapta al molde sobre el que se vierte, la posibilidad de acabados es infinita.
A pesar de que existen ciertas semejanzas, el sistema del hormigón prefabricado, con el que obtenemos grandes resultados, NO es el comúnmente utilizado en la construcción de naves industriales.
Las diferencias son:
Con el sistema de hormigón prefabricado, las piezas pueden tener formas complejas en tres dimensiones, mientras que en la prefabricación convencional solo se trabaja con elementos de dos dimensiones.
Las piezas están provistas de un sistema de juntas mecánicas que permiten un ensamblado directo y su funcionamiento como piezas únicas.
El tamaño de las piezas de hormigón prefabricado puede ser considerablemente mayor, hasta doce metros de longitud y 4,2 metros de altura. Estas medidas vienen marcadas por los límites de los servicios de transporte necesarios para llevarlas hasta la obra.
Su fabricación a medida permite una libertad de diseño imposible con otros sistemas.